lunes, 14 de marzo de 2016

Orca: La Ballena Asesina

Siempre que una película arrasa en taquilla, salen montones de imitadores que siguen la estela de su éxito. El primer blockbuster de la historia, Tiburón (Steven Spielberg, 1975), no iba a ser una excepción... Ya conocemos que hay casi tanta cantidad de películas sobre monstruos marinos como peces tiene el mar, pero entre ellas no solo la obra maestra de Spielberg destaca (aunque eclipse a todas las demas), y para demostrarlo está Orca: La Ballena Asesina (Michael Anderson, 1977), que se carga de un plumazo (o mejor dicho un aletazo) la imagen de animal adorable que nos enseñó Liberad a Willy (Simon Wincer, 1993).

Las comparaciones son odiosas, pero inevitables cuando hablamos de una película que se estrenó solo dos años después de Tiburón. Si bien es cierto que en ambas un monstruo marino aterroriza a un pequeño pueblo costero, la premisa de Orca no es la de devorar a cualquiera que se moje el culo en la playa, esta vez hablamos de un animal que quiere vengarse del hombre que mató a su pareja...
Lo que me lleva a pensar, al margen de lo descabellado de su argumento, en como dentro del mismo tipo de película se influencian (o llamadlo copia si queréis) unas a otras. Pasa con las sagas de  Halloween y Viernes 13 que se se alimentan la una a la otra. Y aquí encontramos la principal inspiración para la pésima Tiburón: La Venganza (Joseph Sargent, 1987), cuarta parte de la saga Tiburón de la que algún día hablaremos.
Pero Orca se quiere distinguir de Tiburón, presentándonos a la ballena como un animal mucho más temible e inteligente que el escualo, y si no mirad la primera secuencia del film lo rompedora que es: Una Orca matando a un Tiburón blanco, marcando la distancias con el film de Spielberg y enseñando al espectador que debemos temer más a la Orca que al tiburón.



Pero lo que diferencia a Orca del resto de películas de monstruos marinos es que esta vez como espectadores nos ponemos del lado del animal, yo por lo menos lo siento así, entiendo a la Orca y quiero que se vengue del odioso "protagonista" que más bien es el "antagonista", interpretado por el genial Richard Harris, que no es la única cara conocida del film, contando con Will Sampson el entrañable indio de Poltergeist II: El Otro Lado (Brian Gibson, 1986). La banda sonora es una maravilla, compuesta por el recientemente ganador de un Oscar, Ennio Morricone.


La película está sensacionalmente montada con imágenes de documentales de Orcas reales con sutiles efectos especiales, lo que ha hecho que en este apartado haya envejecido mejor que Tiburón y su escualo mecánico. Aunque sí que canta demasiado que en las escenas nocturlas los cortes de documentales sean por el día.
 
El film es totalmente recomendable, una de los mejores de este subgénero. Quizás el argumento sea un poco tonto, pero cosas mucho más disparatadas se han visto en este tipo de pelíulas. Sigue estando a años luz de Tiburón, que es el referente, pero sin duda es una buena película.


Buena

2 comentarios:

  1. Me encanto esa película a diferencia de tiburón, uno se identifica aquí con el animal, uno muestra simpatía por el,aquí también aparece una bella y joven Bo Derek y la que nominaron este año al Oscar como mejor actriz Charlotte Rampling.

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    1. Es el gran acierto de la película, que nos pongamos del lado del animal y no los humanos. Gracias por tus aportes, y por comentar. Un Saludo!

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