jueves, 17 de septiembre de 2015

Muñeco Diabólico 3

Segundo aniversario de "Terror Atemporal", y como no hay 2 sin 3 amigos, no podemos faltar a nuestra cita anual con Chucky. Hoy vamos a hablar de una película, que sin ser de mis favoritas, es una de las que más veces he visto en mi vida, una de esas que me sé cada coma de sus diálogos: Muñeco Diabólico 3 (Jack Bender, 1991).

La trama sucede 8 años después de Muñeco Diabólico 2 (John Lafia, 1990), pero en la vida real la película se estrenó solo 10 meses después... demasiado poco tiempo para que el público digiera tanto Chucky; y más a principios de los 90, donde el slasher ochentero estaba ya de capa caída. Chucky 3 fue un fracaso que ni siquiera llego a estrenarse en los cines de algunos países. Sin duda Chucky necesitaba un descanso, y ya no a volería ser el mismo.

La sensación que tengo al ver la tercera entrega de Chucky es de ver una película menos trabajada que las anteriores. Empezando por el animatronic de Chucky, donde en la primera y segunda entrega nos encontrábamos montones y aterradoras expresiones faciales del muñeco, en esta ocasión tiene la misma cara de cabreado siempre... Por no hablar de que el muñeco está tan hinchado como si le hubiera dado una reacción alérgica al marisco... Estamos ante el peor diseño de la saga: El Chucky gordo.


Solo hay que ver también la clasificación por edades para darse cuenta de que estamos ante la parte menos violenta de la saga. Si el resto de entregas no están recomendadas para menores de 18 años, esta tercera ya es para mayores de 13... Muertes tan absurdas como Chucky provocando un ataque al corazón dan fe de ello.

"Ten un Good Guy y tendrás un amigo para toda la vida"

Por lo demás estamos ante una película del Chucky de la vieja escuela: gamberro, malvado y con ese humor negro que todavía no ha caído en el ridículo. La historia, aunque Andy Barclay sigue siendo protagonista, ha cambiado lo suficiente para que no resulte repetitiva. Y además se recupera un poco la atmósfera oscura de la primera entrega con alguna escena memorable.

No es tan grande como la primera ni mucho menos como la segunda, pero tiene ese regustillo de secuela de los iconos de terror, es tremendamente entretenida y divertida, yo me la he visto muchas veces grabada de la tele... Digamos que era una especie de obligación verla después de Muñeco Diabólico 2, pero me lo pasaba en grande viéndola. Quizás hecha con más tiempo y dedicación habría sido mejor película de lo que es. Con todo ello es un slasher con alma ochentera, y por qué no decirlo: el final de una  gran trilogía, una buena película de Chucky.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Hasta siempre, Wes Craven

El terror de la vieja escuela ha muerto un poco más, y por desgracia nuestro género ya nunca volverá a ser lo mismo. Si quedaba alguna esperanza de que el cine de terror recuperara su magia, con la muerte de Wes Craven se ha desvanecido... simplemente porque él ya no estará para reinventarlo, como hizo con Pesadilla en Elm Street (1984) y Scream (1996).

Yo no he conocido a Wes Craven, pero probablemente sea la persona del mundo del cine que más me ha apenado su muerte, no por las circunstancias en las muriera, sino porque de algún modo es un nombre que me ha acompañado desde niño, desde que veo cine de terror.

Yo se como descubrí a Carpenter, Romero, Hooper, Cronenberg... y todos los grandes directores del genero. Pero el señor Craven, sin darme cuenta, ha estado desde el principio. No si ni cual fue la primera película que vi de él, pero desde luego he visto muchas, y puedo decir que es uno de mis directores favoritos.

Puede que haya sido un director irregular, que no tenga el trazado de John Carpenter, la personalidad de Tobe Hooper o la innovación de George A. Romero... Pero si ponemos en una balanza sus obras menos buenas (que todos los directores las tienen) y sus obras maestras, os aseguro que estas últimas pesan mucho más, porque cuando Wes Craven estaba inspirado y tenía todo a favor (hacer una buena película depende de muchos factores), era simplemente: EL MEJOR.

Ha dirigido, escrito y creado mi película favorita que es Pesadilla en Elm Street (1984), en mi humilde opinión la película de terror más completa que se ha hecho jamás. Cuando el género estaba más desgastado que nunca, lo renovó con Scream (1996), marcando la tendencia a seguir del Slasher hasta la década siguiente. Pero además ha tenido la valentía de hacer películas tan explícitas como La Última Casa a la Izquierda (1972) y Las Colinas Tienen Ojos (1977) en la época más difícil posible. Si a eso le sumamos pequeñas joyas como La Serpiente y el Arcoiris (1988) o El Sótano del Miedo (1991) perdonad que me ría de los que le tachan de "sobrevalorado".

En fin, solo quería darle un pequeño homenaje a Wes Craven, del que he visto tantas películas y tantas entrevistas que me han enseñado a entender un poco más el tipo de cine que me apasiona, y del que como he leído en alguna noticia era "Maestro mayor de un género menor". Amigos, sólo puedo decir que siempre nos quedarán sus películas, gracias por tanto, y que descanse en paz.