domingo, 27 de marzo de 2016

Poltergeist III

Puede parecer que hoy voy a hablar de una película más... Una secuela más de lo que fue una gran película, pero que pasó sin pena ni gloria. Una película que quizás nunca debió haber existido, que nadie habría echado en falta... Un film que solo es recordado porque está marcado por la tragedia. 
Pero para mí no es solo eso, para mí es mucho más, hoy me confieso y dejo aquí escrita la que es mi última terapia contra esta película, insignificante y del montón, que con diferencia, es la que más me ha aterrado en mi vida: Poltergeist III (Gary Sherman, 1988).

¿Por qué? Es mismo me pregunto yo, la he vuelto a ver después de muchos años y obviamente ya no me produce el terror de antaño, pero aun así le sigo manteniendo cierto respeto.

Cuando era niño tenía un extraño magnetismo hacia Heather O'rourke (siempre me han gustado las rubias) y a la vez me aterrorizaba la idea de que hubiera muerto después de hacer esta película... Me la imaginaba apareciéndose ante mí en el espejo... Espejos... Espejos! Odio los espejos por culpa de Poltergeist III (o a lo mejor es que soy demasiado feo), han pasado los años y cuando voy al baño de madrugada aun me miro al espejo con desconfianza y con la voz del reverendo Kane en mi cabeza gritando "te he atrapadooo" y la imagen de Carol Anne con su pijama rojo me vienen a la mente... Y la verdad es que me estoy acojonando solo de escribir esto. Joder, aún no lo he superado... ¡Sigo siendo una nenaza!

Pero hablemos ya de la película, vista desde el punto de vista menos pasional, estamos ante una secuela que está a años luz de la original, no solo en calidad, además en estilo. Esta vez es menos empalagosa y más directa, no juega a sugerir sino que nos deleita con un alardeo de efectos visuales (de nuevo, fantásticos) y sustos inesperados. Tengo que decir que para mí es superior como película de terror a su antecesora, pero también hay que reconocer que ya no es lo mismo. La saga muestra signos de desgaste, y la trama ya no es tan profunda... Al final las dos primeras entregas de la saga son películas de terror, pero bonitas (en el sentido más ñoño de la palabra), y aquí ya no hay nada de eso: se hecha en falta a la familia completa. Sin embargo, y olvidándonos de la vena más blanda de Poltergeist, la vena más dura se crece, a partir del segundo acto no hay un momento de respiro y no hay lugar para el aburrimiento. Con esto quiero decir que Poltergeist III es mejor película que Potergeist II, pero es inferior como película de Poltergeist, no se si me entendéis. 


"Te necesitamos Carol Anne"

Lo que también echo en falta es a Julian Beck, su inolvidable papel de Reverendo Kane en Poltergeist II habría engrandecido mucho más a esta tercera entrega. En su lugar lo interpreta otro actor que no impone el mismo respeto, la verdad es que más hubiera valido no incluir a este personaje de nuevo.
 
Y como con Julian Beck la "maldición de Poltergeist" vuelve a cobrarse otra víctima, posiblemente la más trágica de todas: Heather O'Rourke, una desgracia que también afecta al forzado final de la cinta, donde ni siquiera vemos la cara a Carol Ann.

En fin, una película muy especial para mí, que me cuesta ver con un criterio normal, pero que de verdad pienso que es digna de ver. No es tan grande como Poltergeist, ni muchísimo menos, pero probablemente llevar su nombre como título hace que se la menosprecie, porque no deja de ser una entretenida película de terror.

Aceptable


lunes, 14 de marzo de 2016

Orca: La Ballena Asesina

Siempre que una película arrasa en taquilla, salen montones de imitadores que siguen la estela de su éxito. El primer blockbuster de la historia, Tiburón (Steven Spielberg, 1975), no iba a ser una excepción... Ya conocemos que hay casi tanta cantidad de películas sobre monstruos marinos como peces tiene el mar, pero entre ellas no solo la obra maestra de Spielberg destaca (aunque eclipse a todas las demas), y para demostrarlo está Orca: La Ballena Asesina (Michael Anderson, 1977), que se carga de un plumazo (o mejor dicho un aletazo) la imagen de animal adorable que nos enseñó Liberad a Willy (Simon Wincer, 1993).

Las comparaciones son odiosas, pero inevitables cuando hablamos de una película que se estrenó solo dos años después de Tiburón. Si bien es cierto que en ambas un monstruo marino aterroriza a un pequeño pueblo costero, la premisa de Orca no es la de devorar a cualquiera que se moje el culo en la playa, esta vez hablamos de un animal que quiere vengarse del hombre que mató a su pareja...
Lo que me lleva a pensar, al margen de lo descabellado de su argumento, en como dentro del mismo tipo de película se influencian (o llamadlo copia si queréis) unas a otras. Pasa con las sagas de  Halloween y Viernes 13 que se se alimentan la una a la otra. Y aquí encontramos la principal inspiración para la pésima Tiburón: La Venganza (Joseph Sargent, 1987), cuarta parte de la saga Tiburón de la que algún día hablaremos.
Pero Orca se quiere distinguir de Tiburón, presentándonos a la ballena como un animal mucho más temible e inteligente que el escualo, y si no mirad la primera secuencia del film lo rompedora que es: Una Orca matando a un Tiburón blanco, marcando la distancias con el film de Spielberg y enseñando al espectador que debemos temer más a la Orca que al tiburón.



Pero lo que diferencia a Orca del resto de películas de monstruos marinos es que esta vez como espectadores nos ponemos del lado del animal, yo por lo menos lo siento así, entiendo a la Orca y quiero que se vengue del odioso "protagonista" que más bien es el "antagonista", interpretado por el genial Richard Harris, que no es la única cara conocida del film, contando con Will Sampson el entrañable indio de Poltergeist II: El Otro Lado (Brian Gibson, 1986). La banda sonora es una maravilla, compuesta por el recientemente ganador de un Oscar, Ennio Morricone.


La película está sensacionalmente montada con imágenes de documentales de Orcas reales con sutiles efectos especiales, lo que ha hecho que en este apartado haya envejecido mejor que Tiburón y su escualo mecánico. Aunque sí que canta demasiado que en las escenas nocturlas los cortes de documentales sean por el día.
 
El film es totalmente recomendable, una de los mejores de este subgénero. Quizás el argumento sea un poco tonto, pero cosas mucho más disparatadas se han visto en este tipo de pelíulas. Sigue estando a años luz de Tiburón, que es el referente, pero sin duda es una buena película.


Buena