lunes, 20 de octubre de 2014

La Tutora

No Una niñera secuestra bebés para sacrificarlos en el bosque y ofrecerlos a un viejo árbol que se alimenta de su sangre... Sin duda un argumento que pone los pelos de punta ¿No creéis? ¿Y sí os dijera que se encarga de ella el director de El Exorcista (Willam Friedkin, 1973)? Pues con eso y unos buenos efectos especiales La Tutora (William Freidkin, 1990) es una película que tiene todos los ingredientes para ser una de las grandes, pero por desgracia se queda a medio camino, una pena.

La Tutora es una película muy recordada en la infancia de los que crecimos en los 90. Sus emisiones en TVE, y los spots de aquel espacio llamado "la película de la semana" nos han dejado imágenes grabadas en la retina (¡Ayyy pajilleros!). Algo lógico, pues es una película visualmente poderosa y efectista, tienes escenas muy buenas, en las que vemos verdaderamente el trazado del que dirigió la más grande de las películas de terror.

Pero la verdad, los que la recordáis con cierto respeto, como me pasaba a mí, no os recomiendo volverla a ver, porque la película no es tan buena viéndola con los ojos de un adulto ¿En qué falla? No sé decirlo muy bien, pero después de verla queda la sensación de que la película no llena lo suficiente. No se saca bastante provecho de la historia, los personajes que rodean a Camilla, la malvada niñera, son planos e inútiles (especialmente la madre). Y no se profundiza en algunas subtramas, como la atracción sexual que siente el padre hacia la niñera, que se nos presenta pero se queda a medias sin llegar a ninguna parte.


Es curioso que Sam Raimi estuviera cerca de dirigirla, porque la película tiene algunas escenas que recuerdan a la mítica saga de Evil Dead, desde ataques del propio bosque a sangrientos rugidos de sierra mecánica. Siempre quedará la duda de cómo habría sido el film con su visión, porque parece mentira que un director oscarizado como Friedkin sea incapaz de dar sentido a las escenas más cotidianas, con una puesta en escena más propia de un telefilm de sobremesa que de una trama sobrenatural con tanto potencial. Porque mientras las escenas más fantasiosas están cuidadas al detalle, las que llevan el peso de la trama parecen hechas sin ganas, y eso incluye también a las flojas interpretaciones, incapaces de hacernos empatizar con los personajes, de las que sólo se salva la sensual Jenny Seagrove en el papel de Camilla.

No es para nada una mala película, yo diría que es una película a medias, o descompensada... Por suerte dos años después se sacaría el jugo de verdad a las niñeras malvadas con la fantástica La Mano que Mece la Cuna (Curtis Hanson, 1992), que elimina los elementos fantásticos (que son lo único que funciona en La Tutora) para ofrecer un gran thriller.

Valoración:
Aceptable

1 comentario:

  1. Muy interesante, mi blog de cine es invasionsensorial.blogspot.com.es

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